El papá y la mamá de Berto están divorciados. El tiempo que cada uno puede compartir con el hijo repartido con minuciosidad. No son un caso raro en la sociedad actual que la serie intenta retratar. Tampoco lo es que muchos padres, o algunos, no todos, se lo tomen como una obligación, no como una necesidad . Tal vez por la falta de espontaneidad que significan las visititas concertadas: ¡Es tan difícil regular los sentimientos! ¡Tan complicado administrar los afectos y los estados de humor!
Por eso el padre Berto se duerme con demasiada frecuencia cuando debería disfrutar de los momentos que para su hijo son verdaderos tesoros, por escasos y dosificados.
