El estilo de dibujo de "El diario de Berto" conecta en cierta medida con la estética conscientemente imperfecta, y algo oscura, de dibujantes tan reivindicados en la actualidad como
Tim Burton,
Basquiat,
Dave Mckean, y tantos otros del mundo del cómic y el grafiti.
Mientras en otras épocas este estilo de personajes y escenarios más "descuidados" no gustaban para dirigirse a los niños, hoy son, afortunadamente, prejuicios superados.
Justo al contrario, esta estética de los antihéroes y la melancolía, sirve para enseñar a los niños valores como la ternura, la sensibilidad y, en definitiva, la apreciación, sin tanta cirugía, de la realidad.
Es un estilo que entronca en la práctica con tantas voces que se han erigido en el último siglo contra el excesivo color de rosa de los cuentos clásicos. Lejos de resultar por eso aburridos o grises, estos nuevos cuentos son, como diría
Saramago, de los que deberían ser lectura obligatoria para mayores...