miércoles, 23 de mayo de 2012
Un problema de peso
Aníbal es uno de los mejores amigos de Berto. A Aníbal por recomendación del profesor lo llevaron al médico porque comía mucho. Él, protestó: “Cuándo se vio que comer sea una enfermedad”.
“Es que una cosa es comer y otra deglutir como haces tú. Anda vete a que te examinen. Un día explotas de lo gordo que estás”, le animó Berto.
El médico lo pesó, le midió varias hechuras del cuerpo tal un sastre; y con un tono de voz que en su vida sólo había oído antes a don Silvestre el cura en el momento de poner la penitencia, le dijo: “Tienes el perímetro abdominal de un hipopótamo”.
Aníbal, no se inmutó. Después de una pausa como para rebobinar, con mucho respeto le dijo: “Le puedo contar como murió mi padre.”
El médico asintió con la cabeza, casi hipnotizado por tanta solemnidad.
El relato duró unos veinte minutos, no por lento si no por detallado.
Cuando terminó. El doctor le acarició la cabello con una mano y con la otra se limpió una lagrima que le quedara atascada en el ojo izquierdo.
— Come lo que quieras, hijo, come lo que quieras. Lo del perímetro abdominal es una zarandaja…